En las últimas décadas, la creciente preocupación por el cambio climático, la escasez de recursos fósiles y la necesidad de reducir la huella ambiental han impulsado a la comunidad científica e industrial a buscar alternativas sostenibles para el suministro energético y el desarrollo de procesos químicos. En este contexto, la integración de energías renovables en la ingeniería química se presenta como una estrategia clave para transformar la forma en que se diseñan y operan los procesos industriales, permitiendo no solo la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, sino también la mejora de la e ciencia energética y la optimización de la producción de compuestos de alto valor.
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