El sonido no fue la explosión que Julián había imaginado. Fue un clic seco y final al tragar la última pastilla de somnífero, y luego el golpe amortiguado de su cabeza contra el suelo de madera. Se había arruinado a sí mismo y a su matrimonio, negociando la confianza y perdiendo toda esperanza. Lo único que le quedaba por "invertir" era su propia muerte, el seguro de vida destinado a ser la fianza de su familia. Pero la muerte no llegó. Su esposa lo encontró y lo ató a la vida con un hilo tan fino como el alambre de un hospital. Los meses siguientes fueron terapia y medicación. Ya no había deseo de morir, pero el vacío se había quedado, silencioso y voraz. Julián se dio cuenta de la terrible verdad: su esposa le había salvado la vida, pero no le había devuelto la dignidad. Necesitaba desesperadamente un lugar donde la etiqueta de "sobreviviente" y "deudor" no existiera. Necesitaba la honestidad sin juicio. Y así, buscando ese vacío, el ex empresario de éxito, el hombre que lo había perdido todo, escribió un mensaje a una desconocida en una página web. Su nombre era Clara. Y ella sería la llave a un mundo de sombras donde, irónicamente, encontraría la única paz que merecía.
"Cristian Mola. La intensidad no se lee, se vive." Cristian Mola irrumpe en el panorama literario con una voz que rehúye los grises. Conocido por su estilo narrativo audaz y su capacidad para desentrañar las complejidades de la condición humana, Mola no solo escribe historias, sino que crea experiencias inmersivas que confrontan al lector. Sus obras exploran los rincones más oscuros de la sociedad y la psicología, dejando una marca imborrable mucho después de la última página. Residente en Valencia, se dedica a exponer verdades incómodas con una prosa potente y sin concesiones.
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