Un hombre recientemente separado, viene a su pueblo natal a vender y liquidar todos sus bienes para recomenzar con su vida de nuevo en Madrid. Cincuentón, dolido con las mujeres, economista y con algunos posibles para abrir una nueva ventana a su vida. Su pueblo, pequeño, bonito y agradable le recibe con agrado gracias a sus amigos de antaño. Conoce a una mujer viuda que poco a poco le está haciendo cambiar sus ideas. Le encanta los bares y su chateo y también los parajes ya olvidados de la cercanía de La Serranía de Cuenca. La herencia consta de una casa grande en el centro del pueblo. ¡Es su legado hereditario! También una fábrica de muebles artesanos con dificultades que no sabe si cerrarla o reformarla. Es el posible comienzo incierto de una nueva vida tranquila y rutinaria en un pequeño pueblo. ¡Es un cambio sustancial de su vida!
El comienzo de un escritor puede ser por varios motivos... En mi caso fue por el encierro en tiempos de pandemia.
Escribir es un ejercicio de reflexión y humildad; es coger un tiempo para pensar, revisarse a uno mismo y aprender. Escribir me permite incidir en la necesidad de analizar la realidad y la ficción y no quedarme en lo poco que ya sé. Escribir me ayuda a investigar, a indagar en otros pensamientos ajenos, a conocer otras cosas, otras gentes.
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