Los colores de Burdeos son una paleta infinita. Desde el verde esmeralda brillante de los brotes en primavera, pasando por el verde intenso y maduro de las hojas en pleno verano, hasta los ocres, rojos y dorados vibrantes de los viñedos en otoño, justo antes de la vendimia. La luz sobre el Garona, ese color grisáceo y plateado en días nublados, o el destello dorado cuando el sol se pone sobre sus aguas. Y luego, por supuesto, los colores de los propios vinos en la copa. Desde el púrpura profundo, casi negro, de un joven Pauillac, hasta los granates y tejas de un Margaux o un Pomerol de larga crianza, pasando por los ribetes ligeramente anaranjados de un vino que ha madurado durante décadas. Cada color es un indicio, una promesa de una historia oculta.
Comerciante y empresario experto en estudio y estrategia de mercado, análisis de riesgo y desarrollo de negocio, táctico de dimensionamiento, formación y dirección de equipos comerciales, ha trabajado, siempre como consultor externo independiente con algunas de las mayores multinacionales de diferentes sectores de la industria. Autor de casi una veintena de obras de consulta sobre temas que conoce a la perfección, las finanzas, la industria y el comercio. Comprometido defensor de un mundo lo más sostenible que sea posible, ofreciendo soluciones innovadoras y prácticas, siempre desde la sosegada investigación, documentación y reflexión profunda de sus múltiples facetas, aristas y dificultades, y del sentido común para que su implementación no se convierta en un lastre para el desarrollo, sino que sea impulso.
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